Nexo Europa (nº 203) - Von der Leyen, Costa y Kallas
Por Nacho Alarcón | Bruselas, 28 de junio de 2024
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Esta semana no hay nuevo capítulo de ‘¿Y las europeas?’, el podcast sobre las elecciones europeas, aunque dentro de muy poco grabaremos el que probablemente sea el último capítulo de este proyecto tan chulo con el que hemos disfrutado tanto. Podéis encontrar todos los capítulos en Spotify aquí y en iVoox aquí.
Von der Leyen, Costa y Kallas
Tenemos acuerdo para la cúpula institucional de la Unión Europea para los próximos años. Los jefes de Estado y de Gobierno, reunidos este jueves en Bruselas, han apostado por el paquete que ya estaba prácticamente cerrado: Ursula von der Leyen para la Comisión Europea, António Costa para el Consejo Europeo, y Kaja Kallas como Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. Ninguna sorpresa, porque es el trío de nombres que, como recordáis, ya se puso sobre la mesa en la cena informal del Consejo Europeo el pasado 17 de junio, pero sobre el que no se llegó a cerrar un pacto.
Los negociadores de las tres principales familias políticas han terminado de atarlo esta semana. Pedro Sánchez, presidente español, y Olaf Scholz, canciller alemán, por parte del Partido de los Socialistas Europeos (PES), el polaco Donald Tusk y el griego Kyriakos Mitsotakis, por parte del Partido Popular Europeo (PPE), y el francés Emmanuel Macron y el holandés Mark Rutte, por parte de los liberales de Renew Europe (RE), han sido los que han cocinado el acuerdo. Lo cerraron el martes por la mañana.
Lo que pasó a continuación ya está menos claro. El acuerdo se filtró rápidamente a la prensa. Y lo hizo, además, de manera absoluta: parecía que ya había un acuerdo final a nivel de líderes de la Unión Europea, cuando en realidad era un pacto a nivel de los negociadores de las tres principales familias políticas, que, sí, cubren a la inmensa mayoría de los líderes, pero no a todos. El 17 de junio los seis negociadores comprobaron que su método de negociación, sentándose ellos e informando después al resto de líderes, no estaba sentando bien. Ni a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ni a Giorgia Meloni, primera ministra italiana, que ya había sido excluida de las negociaciones durante la reunión del G7 en Italia.
La filtración de un acuerdo “precocinado” lo único que hacía era reforzar el enfado de Meloni, que, claramente, no se lo tomó bien. Al día siguiente, el miércoles, la primera ministra participó en una sesión en la Cámara de los Diputados de Italia y cargó duramente contra el pacto. “En nombre del Gobierno italiano he protestado y no lo pienso compartir”, señaló, advirtiendo de que sin Italia la Comisión Von der Leyen y su mayoría serían muy delicadas. Aquí tenéis una crónica de La Vanguardia desde Roma sobre el enfado de la líder italiana.
El cabreo de Meloni parece, a ojos de muchos, justificado. Entre ellos, a la propia Von der Leyen y su equipo. La alemana ha hecho un esfuerzo importante desde 2022 por trabajar con la primera ministra italiana, viajando de manera habitual a Roma y con un contacto continuo. Para Von der Leyen no había ninguna duda de que Meloni se encontraba en el núcleo duro de su base de poder. Pero los seis negociadores han decidido las condiciones de su diálogo, y entre ellas han escogido no contar con Meloni.
Los números en el Consejo Europeo daban para sacar adelante los nombramientos sin la primera ministra italiana ni tampoco los otros dos líderes que se oponían al pacto: los de Hungría y Eslovaquia. La decisión se puede tomar por una mayoría cualificada reforzada (en la práctica, 20 países). Pero para todos, incluidos la actual presidenta de la Comisión Europea, era extremadamente delicado empezar una segunda legislatura sin el apoyo de Italia. Finalmente Meloni se ha abstenido en el caso de la alemana, señalando que es un compromiso dentro de su coalición de Gobierno (donde Forza Italia es del PPE), y votando en contra de Costa y Kallas. Lo hizo, en todo caso, después que unos cuantos líderes, entre ellos los negociadores del PPE, le agasajaran.
Para Von der Leyen es importante mantener a Meloni cerca del núcleo central de la Unión Europea. Considera que tiene que participar del juego, de las decisiones. Que Roma es importante y se debe sentir importante. Está en su cosmovisión de Europa y de cómo funciona la Unión Europea. Por eso desde su equipo tienen claro que la decisión de los negociadores de aislar a Meloni, impulsada por los representantes del PES (Sánchez y Scholz) no ha ayudado. Ahora le toca a ella y a las personas de su confianza reconstruir puentes con Roma. Y eso, probablemente, se traduzca en una cartera importante en la próxima Comisión Europea. Meloni quiere una vicepresidencia y que tenga peso económico, y por ahora el Berlaymont parece abierto a la idea.
Para saber más sobre los otros dos agraciados de la noche, aquí os dejo dos piezas. La primera sobre el “hombre tranquilo”, Antònio Costa, un líder flexible, con sentido del humor y buenas relaciones que ahora tendrá que poner orden en el Consejo Europeo. La segunda sobre Kaja Kallas, un “halcón” que no lo va a pasar bien en Bruselas con sus nuevas funciones (ni lo van a pasar bien muchos países, que probablemente no encajen con demasiado placer cómo la estonia va a intentar marcar una posición radicalmente dura con Rusia).
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La batalla por Francia
Este domingo se celebran unas elecciones cruciales para Francia y para toda la Unión Europea. Los ciudadanos franceses acuden a las urnas para la primera vuelta de las elecciones legislativa que va a dejarnos un claro mano a mano entre Rassemblement National, el partido de Marine Le Pen, y el nuevo Frente Popular, la coalición de partidos de izquierdas que buscan hacer frente a la formación de extrema derecha. El partido del presidente Emmanuel Macron se encuentra por debajo en las encuestas y su única esperanza es intentar influir de alguna manera en la formación de Gobierno posterior.
¿Qué dicen esos sondeos? Por ahora apuntan a que el RN va a vencer con el 34% frente al 28% del nuevo Frente Popular y un 20% de la formación macronista. Los conservadores tradicionales de Les Republicains (Partido Popular Europeo), que ya sabéis que se encuentran en pleno cisma entre los que consideran que hay que unir fuerzas con RN y los que se oponen, se sitúan en el 7%. La catástrofe para los centristas es absoluta, como ha mostrado mejor que nadie la portada de esta semana de The Economist.
Bardella, el delfín de Le Pen, está preparando el terreno. Esta semana ha hecho una entrevista con el Financial Times en la que asegura que su intención no es entrar en guerra con Bruselas, pero lo cierto es que muchas de las ideas del RN entran en un conflicto directo con la Unión Europea. Bardella pide un “rebate” de las contribuciones francesas al presupuesto de la Unión Europea, que según el líder de extrema derecha deben reducirse en 2.000 millones de euros.
Lo que estamos viendo en estos días previos a las elecciones es un mensaje claro por parte del RN: si ellos consiguen hacerse con el Gobierno consideran que el rol de Macron debe ser algo menos que simbólico también en los asuntos geoestratégicos y europeos, porque, señalan, el poder ejecutivo está en manos del primer ministro. Y esperan que el primer ministro sea Bardella. Le Pen, que está en un segundo plano en esta campaña electoral, lo ha mostrado abiertamente en estos últimos días.
En Bruselas la preocupación es máxima. La sensación de que Francia va a quedar en el mejor de los casos bloqueada por una difícil cohabitación y en el peor va a convertirse en un factor desestabilizador genera terror en la Comisión Europea, pero también en la OTAN y en otras capitales como Berlín. El RN no es Fratelli d’Italia. Le Pen no es Meloni. La relación va a ser mucho más conflictiva, mucho más frontal. Y muestra una tendencia preocupante: Italia ya está gobernada por los ultraconservadores, Países Bajos va a cambiar a un Gobierno dominado por la extrema derecha y en Francia el partido fundado por un hombre condenado por señalar que las cámaras de gas nazis han sido un “detalle” de la historia está a punto de arrasar en unas elecciones legislativas. En Alemania, Alternativa para Alemania ha terminado segunda en las elecciones europeas. Todos ellos son socios fundadores de la Unión.
La esperanza en París pasa por poder crear una “gran coalición europeísta” que permita que la cohabitación sea más sencilla. Sumar los diputados macronistas con sectores del Nuevo Frente Popular y elementos moderados dentro de la derecha republicana francesa. La operación no parece precisamente sencilla, pero es, literalmente, la única opción que tienen. La cuestión genera además una situación compleja para Von der Leyen. Ella entiende que tiene que mantener una buena relación con todos los Gobiernos ‘centrales’ de la Unión, y Francia es uno de ellos. Una muestra son los lazos con Meloni de los que hemos hablado hace poco. Pero, ¿quién manda en Francia si Bardella se convierte en primer ministro? ¿En esa relación siempre estrecha que le gusta tener a la presidenta de la Comisión Europea con los líderes, a quién va a intentar mimar? ¿Cómo va a mantener el equilibrio entre Macron y la amenaza de que a partir de 2027, a mitad de su mandato, pueda tener como presidenta de la república a Marine Le Pen?
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Cajón de sastre…
Presidencia húngara: el próximo lunes arranca la presidencia húngara del Consejo de la Unión Europea, seis meses en los que Budapest va a estar a los mandos de las agendas de los ministros, además de organizar una reunión de jefes de Estado y de Gobierno hacia finales de año en Hungría. Con la elección del eslogan de la presidencia húngara (Make Europe Great Again) ya os podéis imaginar cómo se plantean estos seis meses los amigos del Gobierno húngaro, que han decidido tener guiños trumpistas desde el minuto uno. ¿Qué sabemos del programa de la presidencia húngara? Pues poco más allá de que existe cierta preocupación sobre cómo va a funcionar realmente el Consejo en los próximos meses, especialmente en debates en los que el Gobierno de Viktor Orbán ha demostrado ser especialmente poco constructivo, como en la cuestión de Ucrania. Los húngaros aseguran que su presidencia va a ser completamente normal, que aquí no pasa ni ha pasado nada y que serán un árbitro leal durante sus seis meses al frente del Consejo de la UE.
Sortear a Hungría: esta semana los ministros de Asuntos Exteriores han aprobado una decisión para destinar 1.400 millones de euros de los beneficios generados por los activos congelados a Rusia para enviar armamento a Ucrania. Hungría se oponía, y a pesar de ser una decisión que requiere de unanimidad el Consejo la aprobó sin Budapest. ¿Cómo? Bueno, pues utilizando una artimaña legal por la cual consideran que como los húngaros se abstuvieron en la decisión de utilizar los activos congelados a Rusia ahora ya no pueden bloquear esta medida. Los servicios jurídicos confían en que su lógica aguante, pero Hungría está planteándose llevarlo a la justicia europea.
Y ofrecer algo a Orbán: en todo caso lo que está claro es que no podemos seguir así. Hay unos 6.600 millones de euros destinados a Ucrania dentro del Fondo Europeo para la Paz (EPF) que están bloqueados por culpa del primer ministro húngaro, que ayer tuvo lo que parecía una acalorada discusión con Volodimir Zelenski, presidente ucraniano, que estuvo en Bruselas. ¿La solución? Pues el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), dirigido todavía por Josep Borrell, ha ofrecido a Budapest un trato: replicar lo que ya ha obtenido en la OTAN, un ‘opt-out’ de todos los pagos relacionados con Ucrania. En otras palabras: que ni un solo euro húngaro vaya a parar a Kiev en forma de armamento ni letal ni material militar no letal. Nada, cero. A cambio, Hungría no seguirá bloqueando los miles de millones de euros del EPF que siguen pendientes. Balazs Orbán, mano derecha del primer ministro (aunque no es familia suya) ha confirmado que se está negociando.
Inicio de negociaciones: la Unión Europea ha lanzado sus negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia esta semana. No hay demasiado que contar. Todo el mundo ha dicho que qué histórico y que qué bonito. Lo es. Pero la negociación va a ser larga, va a ser dura, y Moldavia y Ucrania tendrán que esperar muchos años antes de ingresar en la Unión Europea (si es que ingresan algún día). No es un proceso sin retorno ni que sea sencillo, menos si el país que es candidato está en guerra.
Lideresa Iratxe: Iratxe García, eurodiputada del PSOE, seguirá siendo presidenta del grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) en la Eurocámara. Aunque los italianos del PD tienen la delegación más grande dentro de S&D la experiencia de García al frente del grupo durante el último lustro, su buena relación con Von der Leyen y no se ha presentado nadie que pueda hacer frente a la socialista española. Además, el PD es una delegación bastante inestable, en la que es habitual que varios eurodiputados abandonen el grupo a lo largo de los años. En todo caso, parece haber un pacto entre italianos y españoles de que el PD podría obtener la presidencia de la Eurocámara durante la segunda mitad de la legislatura, cuando se agoten los dos años y medio de mandato de la popular maltesa Roberta Metsola.
El liderazgo de Renew Europe: Valérie Hayer, la eurodiputada liberal del partido del presidente Macron, ha sido reelegida como líder de Renew Europe. Parecía que la francesa tendría que luchar con João Cotrim de Figueiredo, eurodiputado portugués de Iniciativa Liberal (IL). El luso pertenece a ALDE, el bloque tradicional dentro de RE, donde algunos sectores consideran necesario sacudirse el dominio de París. Pero finalmente el eurodiputado de IL retiró su candidatura el día antes de que se tuviera que celebrar la votación, como contó el periódico portugués Público.
Babis y su nuevo grupo: recordaréis que contamos que ANO, el partido del populista y millonario checo Andrej Babis, abandonó recientemente la familia liberal de Renew Europe. Ahora Babis está alimentando la idea de formar un grupo propio en la Eurocámara con partidos anti-inmigración y anti-agenda verde. Hay rumores en Bruselas que el objetivo sería que el núcleo central de este grupo sean partidos nacional-populistas fundamentalmente del Grupo Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovenia). En ese grupo tendría cabida el partido del exprimer ministro esloveno, el populista Janez Jansa, así como el SMER, el partido socialista del actual primer ministro eslovaco Robert Fico que ha sido expulsado de los socialistas europeos. Aquí podría encajar el Fidesz de Orbán y, según algunos, podría tener cabida incluso el PiS polaco, aunque la formación ultraconservadora no muestra ahora mismo demasiadas señales de querer abandonar ECR. Mientras tanto, más a la derecha hay otros movimientos, con Alternativa por Alemania (AfD), el partido de extrema derecha expulsado de Identidad y Democracia (ID) por parte de Marine Le Pen y de Matteo Salvini, intentando fundar un nuevo grupo, llamado “Los Soberanistas”, intentando sumar, entre otros, al partido de Alvise Pérez, ‘Se Acabó La Fiesta’ o los polacos de Konfederacja, así como a otras formaciones extremistas.
Tensión dentro de ECR: el grupo de los ultraconservadores europeos ECR ha tenido una semana bastante movida. En la reunión en la que se debía constituir grupo acabó surgiendo una división, según la agencia de noticias polaca PAP, porque eurodiputados de Ley y Justicia (PiS) polacos pidieron la inclusión de Fidesz, el partido del autoritario primer ministro húngaro Viktor Orbán, dentro del grupo ECR. Budapest ha descartado ingresar en estos momentos en la bancada ultraconservadora después de que el partido rumano AUR se uniera a ECR. Fratelli d’Italia, el partido de Georgia Meloni, se opone ahora mismo a la entrada del partido de Orbán.
Hoyer investigado: el antecesor de la española Nadia Calviño al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el alemán Werner Hoyer, está siendo investigado por la Fiscalía Europea (EPPO), según ha informado la institución, que, como el banco de crédito europeo, tiene su sede en Luxemburgo. La investigación de la EPPO se centra en acusaciones de corrupción, tráfico de influencias y malversación de fondos de la UE, aunque Hoyer lo niega todo. El BEI ha levantado su inmunidad y la de otro empleado del banco.
Acusación contra Apple: la Comisión Europea ha acusado formalmente a Apple de estar incumpliendo las normas reflejadas en la Acta de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) por las condiciones que la compañía de Cupertino establece para que los desarrolladores puedan poner sus aplicaciones en la App Store. Según el Ejecutivo comunitario, la empresa no permite que los desarrolladores ofrezcan alternativas y ofertas a los usuarios fuera de la App Store. Bruselas lanzó una investigación en marzo y fuentes comunitarias subrayan que desde entonces la compañía no ha hecho suficientes cambios. Podéis ampliar información en el artículo que publicamos en El Confidencial.
Serbia armando a Ucrania: si hay un socio cercano a Rusia dentro del espacio europeo ese es Serbia. Los lazos entre Belgrado y Moscú son obvios y el presidente serbio Aleksandar Vucic ha evitado criticar al Kremlin por la invasión de Ucrania. Sin embargo, en los últimos días se ha sabido que el Gobierno serbio ha estado mirando hacia otro lado mientras munición producida en Serbia ha acabado en el arsenal de Kiev. Vucic lo ha presentado únicamente como mera actividad económica, pero sabe que munición por valor de cerca de 800.000 millones de euros ha acabado en manos del ejército ucraniano a pesar de su cercanía a Rusia. Podéis leer más en este artículo del Financial Times.
Mirando a la próxima Comisión
Hemos recorrido ya las quinielas para comisarios de muchos Estados miembros (Eslovaquia, Suecia, Lituania, Polonia, Grecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Rumanía). Hoy vemos las quinielas de Luxemburgo, Francia e Irlanda.
Una pequeña novedad: confirmamos que Von der Leyen va a pedir dos nombres a cada Estado miembro para el puesto de comisario. ¿La razón? Como ocurrió en 2019, su equipo está preocupado con el equilibrio de género. Solamente hay que echar un ojo a los favoritos que estamos recogiendo en esta newsletter para darse cuenta de que hay muchísimos hombres y muy pocas mujeres. En 2019 la mayoría de países pusieron dos nombres sobre la mesa (no todos en público), y esta vez el equipo de la alemana espera repetir estrategia, pero lo van a tener mucho más difícil.
¿Será Schmit?: Nicolas Schmit quiere repetir en la Comisión Europea. El que ha sido comisario de Empleo y Asuntos Sociales tiene la aspiración de seguir cinco años más, especialmente porque ha sido el spitzenkandidat del PES. ¿Problema para él? Pues que su Gobierno, el de Luxemburgo, está en manos del Partido Popular Europeo (PPE), por lo que presenta resistencias a gastar su comisario en un socialista. Olaf Scholz, canciller alemán, la figura de más peso dentro del PES, quiere que Schmit reciba el premio que se merece por haber estado al frente de la campaña europea, pero todo dependerá del primer ministro luxemburgués Luc Frieden, como cuenta Diego Velázquez, nuestro corresponsal luxemburgués de referencia. Frieden prefiere que el elegido sea Christophe Hansen, el cabeza de lista de su partido a las elecciones europeas del pasado 9 de junio.
¿Quién manda en Francia?: hay un debate bastante intenso en París sobre quién es el que decide el comisario francés en el próximo Ejecutivo comunitario. Explican fuentes diplomáticas galas que siempre ha sido el presidente de la república, que seguirá siendo Emmanuel Macron, pero Rassemblement National quiere decidir si finalmente entra dentro del Gobierno. El presidente ha señalado que su intención es que sea Thierry Breton, actual comisario de Mercado Interior e Industria, el que repita en el colegio de comisarios. Eso, después de que el francés atacara públicamente a Von der Leyen tras el congreso electoral del PPE en Bucarest, no parece la mejor de las ideas, aunque me explican que en realidad la relación entre los dos ha seguido siendo… cortés. Al menos en público y en el colegio de comisarios, la reuniones de los miembros del Ejecutivo comunitario.
El irlandés: Dublín quiere que Michael McGrath, ministro de Finanzas, sea el comisario irlandés en el próximo Ejecutivo comunitario. McGrath pertenece al Fianna Fáil, un partido asociado a los liberales europeos de Renew Europe, y ha sido un compromiso entre las distintas formaciones del Gobierno irlandés. Por eso el primer ministro se niega a enviar también a una mujer, como pide el equipo de Von der Leyen: McGrath es el elegido y no piensa darle más vueltas al asunto. Está claro que Bruselas va a tener muy difícil lograr el equilibrio de género.