Nexo Europa (nº 208) - Vuelta al colegio (de comisarios)
Bruselas, 6 de septiembre de 2024
Es viernes y este es el número 208 de Nexo Europa, la newsletter de actualidad y análisis de asuntos europeos. Espero que durante el verano hayáis descansado (los que hayáis podido iros de vacaciones) y afrontéis el curso con fuerzas. ¿Qué habéis estado leyendo durante este verano? Yo he disfrutado mucho de A Certain Idea of France: The Life of Charles de Gaulle, la biografía del general de Julian T. Jackson, y también de M. Los últimos días de Europa de Antonio Scurati, el siguiente tomo de su enorme obra sobre Benito Mussolini.
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Vuelta al colegio (de comisarios)
Ursula von der Leyen está ultimando su propuesta para el colegio de comisarios antes de que los candidatos tengan que empezar a circular ante el Parlamento Europeo. Como ya sabéis, uno de los asuntos calientes de estos días es que de los 26 nombres que las capitales han enviado a la presidenta de la Comisión Europea (veintiséis porque Alemania no envía, ya tiene su nombre, que es el de la propia Von der Leyen) solamente 7 eran mujeres, entre ellas Teresa Ribera, todavía vicepresidenta del Gobierno a cargo de Transición Ecológica.
En los últimos días la presidenta y su equipo han estado presionando con el objetivo de obtener más mujeres. La alemana ha logrado que Rumanía retire a su nominado, el eurodiputado Victor Negrescu, poniendo en su lugar a una mujer, la también eurodiputada Roxana Mînzatu, y el último país que quedaba por nominar a su candidato a comisario, Bélgica, ha decidido nominar a una mujer, la ministra de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib. Eso eleva el número de candidatas a 9 sin contar con la presidenta. La situación sigue siendo muy mejorable, pero al menos se ha conseguido maquillar el desequilibrio. Von der Leyen también está presionando a Eslovenia (sin éxito) y a Malta para que cambien a sus candidatos por mujeres.
La gran pregunta ahora es cómo se estructurará el próximo colegio de comisarios. Hay muchas quinielas, casi tantas como cafés se toman al día en Bruselas. Ya habréis leído una de las que más se han movido, que es la del periódico alemán Die Welt. Según ellos habría cuatro vicepresidentes, el francés Thierry Breton, que estaría a cargo de Industria y Autonomía Estratégica, el letón Valdis Dombrovskis, veterano de la Comisión, que se encargaría de Ampliación y Reconstrucción de Ucrania, el italiano Raffaele Fitto (aliado de la primera ministra Giorgia Meloni), que se encargaría de coordinar Economía, y la española Ribera, a los mandos de una cartera de Transición Digital, Social y Verde, o algo similar.
¿Es descabellado ese reparto de carteras? No. Cuadra con algunas cosas que vamos escuchando, pero lo cierto es que siempre hay sorpresas en el último momento. Esperamos que Von der Leyen desvele la estructura a mediados de la semana que viene. Ribera siempre ha mostrado interés en energía y clima, pero energía parece que sería para el checo Jozef Síkela aunque ella haya mostrado interés, y clima suelta sería una cartera conflictiva: estamos en un momento defensivo de las políticas climáticas, quizás incluso en un proceso de leve retroceso ante la presión de algunos sectores de la sociedad, y nadie ve a Ribera como alguien que se pueda encargar de una retirada ordenada. En cuestiones de clima ella es ofensiva, no defensiva.
Una vicepresidencia con esa cartera le permitiría también tener cierto foco en la idea de “transición justa”. ¿Es eso lo que le interesa a España? Nadie tiene demasiado claro lo que le interesa a España, así que es difícil responder. La buena noticia es que Ribera se ha hecho acompañar de alguien con mucha mano, que conoce como pocos la casa y que tiene una amplísima experiencia y reputación, como es Miguel Gil Tertre. Pero olvidémonos del título que recibirá la todavía vicepresidenta del Gobierno: lo fundamental es qué hay detrás de ese nombre. Qué señala la carta de misión de Von der Leyen y cómo interactúa con las competencias de otros miembros del colegio de comisarios, y qué dirección general controla. Lo que me llega es que la intención es maximizar posiciones en este ámbito (en qué direcciones generales tendrá debajo y cuál será su poder sobre ellas). Porque, obviamente, si controlas direcciones generales sobre asuntos de transición (Empleo, por ejemplo) de poco sirve. Hace falta una dirección general de poder duro, y no será sencillo. Para saber cómo queda todo eso tocará esperar.
¿Te salen las cuentas?
Verano de 2025. Apuntadlo en vuestros calendarios. La Comisión Europea presentará su propuesta para el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP), el próximo presupuesto que correrá durante siete años a partir del 2028 (sí, estamos empezando a hablar de algo que empezará a aplicarse dentro de cuatro años, así estamos de malitos en Bruselas). Ya empieza a haber muchos movimientos y negociaciones y esta semana he estado escuchando a Stéphanie Riso, una vieja rockera de DG BUDG y que tras ser una de las personas de confianza de Michel Barnier durante la negociación del Brexit y tras una etapa en el gabinete de Von der Leyen, ha acabado como directora general de Presupuesto. Escribo de esto hoy también en El Confidencial.
Riso admite que la discusión va a ser difícil. El objetivo es que no se reduzca el presupuesto… ¿respecto a qué? Como ella apunta, el MFP actual equivale a alrededor de un 1% del PIB europeo, pero lo que ella califica de “capacidad de financiación” es bastante más: cerca del 1,7%. ¿Por qué? Porque ahí mete el Fondo de Recuperación (RRF) acordado para hacer frente al coronavirus por valor de unos 800.000 millones de euros. Sobra decir que hay muchos países que la idea de mantener la misma “capacidad de financiación” que durante estos años la descartan por completo. Pero Riso lanza la idea porque espera dar un paso hacia adelante en el bloque del MFP.
Además, la directora general explicó que hay muchas lecciones que se pueden aprender del RRF. Hay tres fundamentales que la francesa dejó claro que quiere que formen parte de la negociación del próximo MFP, que correrá del 2028 al 2034:
Fomentar las reformas y las inversiones, no simplemente soltar pasta con el objetivo de que eso ayude a una convergencia.
Si hay que fomentar las reformas y las inversiones significa que hay que establecer objetivos. “No se paga a raíz de costes sino a raíz de objetivos cumplidos”, explicaba esta semana Riso.
Visión global. Considera que uno de los éxitos del RRF es que se han intentado ‘vincular’ distintos hitos y objetivos que pertenecen a campos distintos, lo que ha permitido manejar mejor los trade-offs, ha permitido ‘compensar’ desequilibrios que se generan al perseguir objetivos que en ocasiones provocan efectos secundarios.
Y con eso toca pensar en el próximo MFP, que para la funcionaria europea debe ser más sencillo y flexible, y debe ser orientado a políticas, no a programas. En otras palabras: está diciendo que el tiempo en el que un país recibía fondos por el simple hecho de ser más pobre que otros se ha acabado. O al menos ese es el objetivo de su dirección general.
Los países que más reciben estos fondos, especialmente del este del club, van a protestar y no van a ponerlo nada fácil. Riso considera que si se quiere que la Unión Europea haga frente a los nuevos retos a los que está intentando dar respuesta es necesario que el MFP sea más grande (algo que enfada a socios como Países Bajos, Dinamarca o Alemania) y que sea más flexible (los retos de 2018, cuando se empezó a cerrar el actual MFP, poco tienen que ver con los que hemos afrontado más tarde, así que podemos imaginar que los retos de 2024 tendrán poco que ver con los de 2030), menos una simple máquina de retirada de dinero y más una fuente de reformas e inversiones claves (lo que molesta a muchos socios del este). ¿Podrá sobrevivir su trabajo a la oposición desde tantos frentes?
Cajón de sastre
Victoria de AfD: el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ganó el pasado fin de semana en las elecciones regionales de Turingia y quedó en segundo lugar en Sajonia. No hay que entrar en pánico: son victorias en dos regiones muy concretas, pero sí señalan una tendencia preocupante en Alemania. Además, los partidos de la coalición gobernante, los socialdemócratas (SPD), liberales (FDP) y verdes obtuvieron un muy mal resultado, lo que confirma que nos encontramos ante un Gobierno en coma inducido hasta que vayamos a las elecciones federales de octubre de 2025, para las que los democristianos de la CDU aparecen como los grandes favoritos. El problema es que esta situación acentúa la crisis de liderazgo que se vive en Alemania, con un canciller que en la escena europea ni está ni se le espera en un momento crítico.
Vacío de poder: a la ausencia de liderazgo en la escena europea no ayuda la crisis que se vive en Francia, donde Emmanuel Macron, presidente galo, ha mantenido hasta este jueves la incertidumbre sobre el próximo Gobierno y su viabilidad (este segundo punto sigue en el aire). Ya sabéis que no hay una mayoría clara en la Asamblea Nacional, aunque el Nuevo Frente Popular (NFP), que derrotó a la extrema derecha gracias a la retirada táctica de candidatos de otros partidos del frente republicano, es la principal fuerza. Macron ha rechazado a los candidatos propuestos por el NFP, y ha acabado apostando por el gaullista Michel Barnier, al que en Bruselas conocemos bien. Aquí os dejo un largo perfil que publico hoy en el periódico. El problema es que si Barnier es viable es solamente porque el Rassemblement National de Marine Le Pen no se muestra radicalmente en contra de él y no lo tumbará de inicio. El objetivo de Macron era mantener el RN fuera del Gobierno, pero ahora el Ejecutivo depende de él al haber cabreado a prácticamente todo el NFP.
Polonia pisando fuerte: hace tiempo escribimos que uno de los personajes a los que hay que prestar atención ante su creciente papel en la escena europea, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk. Aquí tenéis el artículo en El Confidencial. El vacío de poder en Berlín y París está haciendo que muchos identifiquemos a Varsovia como el actor que ahora mismo está tirando más del carro político (moviendo el debate, haciendo que el resto de la Unión considere las prioridades polacas como comunes, etcétera, a eso me refiero). Tusk, además, mueve fichas de manera inteligente. Su jefe de gabinete mientras era presidente del Consejo Europeo, Piotr Serafin, un experimentadísimo funcionario polaco, ha sido su embajador representante permanente (Reper) después de su regreso al poder, y ahora ha sido nominado como próximo comisario polaco en la Comisión Europea, aspirando a obtener la cartera de Presupuesto. Si las cosas le salen bien, Serafin será uno de los pesos pesados dentro del Ejecutivo comunitario.
Compras asesinas: esto es una píldora para los frikis de la política de competencia. Esta semana el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha tumbado la interpretación que la Comisión Europea venía haciendo desde el año 2021 del artículo 22 del Reglamento de Concentraciones. Esta interpretación hacía que Bruselas pudiera, a petición de autoridades nacionales, analizar operaciones que no cumplieran con los requisitos para ser revisadas. ¿El objetivo? Que las llamadas killer acquisition, las “compras asesinas”, dejen de tener lugar. ¿Qué es una compra asesina? Pues bien: si tienes una start-up con una tecnología punta un competidor puede tener la tentación de comprarte para anular tu posible competencia, lo que afectará a los consumidores que, a medio plazo, tendrán una experiencia peor y más cara. Puede que la operación no cumpla con los umbrales necesarios, pero para la Comisión Europea es importante que estas operaciones estén bajo su radar, especialmente en un momento de grandes y rápidos cambios. La primera vez que lo aplicó en el caso de la adquisición de Grial por parte de Illumina, dos empresas americanas que no cumplían con los requisitos para estar bajo la lupa de Bruselas. De hecho, Grial, una compañía de tests de cáncer, ni siquiera está presente en la UE. Ahora el TJUE tumba esa interpretación. Podéis leer más aquí.
Déficit francés: hablábamos antes de caos francés en el ámbito político, y ahora toca hablar de caos francés económico. Bruno Le Maire, ministro de Finanzas (a la espera de que haya un nuevo Gobierno), ha explicado esta semana en una carta que la situación no está mejorando: el déficit francés terminará el 2024 en el 5,5% (ya lo esperábamos desde antes del verano) o incluso quizás podría empeorar hasta el 5,6%, y en 2025, lejos de controlarse, se dispararía hasta el 6,2%. Hay que recordar que el regreso de las reglas fiscales obligaría a París a realizar importante ajustes en los próximos años para llevar al déficit debajo del 3%, y que la inestabilidad política en el país complica todavía más ese ejercicio.
Adiós a Duch: Jaume Duch, uno de los españoles más destacados de Bruselas, portavoz del Parlamento Europeo y director general de Comunicación de la institución, ha dejado este verano la capital comunitaria para convertirse en el Conseller d'Unió Europea i d'Acció Exterior de la nueva Generalitat presidida por Salvador Illa (PSC).
Gabinete de Metsola: no es el único español que ha cambiado de trabajo en el Parlamento Europeo. Durante este verano la que había venido siendo la jefa de gabinete de Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, la española Leticia Zuleta De Reales Ansaldo, ha dejado el puesto (ahora será directora de Relaciones con los Parlamentos Nacionales), que ha sido ocupado por Matthew Tabone. Tabone lleva trabajando desde 2013 en la oficina de Metsola en la Eurocámara, pero es también (dato no menor) el cuñado de la actual presidenta de la institución, aunque se casó con su hermana después de haber empezado a trabajar con ella. También se ha sabido que el marido de Metsola, Ukko, es el principal lobbista en Bruselas de Royal Caribbean Group, que tiene especial interés en las normativas medioambientales de la UE. Sin embargo, la presidenta de la Eurocámara se ha podido acoger a una excepción de las normas de transparencia para no declarar un posible conflicto de interés. Siguiendo las normas al pie de la letra es cierto que ni su marido ni la presidenta han hecho nada que se salga de las reglas. Ukko Metsola está en el registro de lobistas, pero Politico ha publicado esta semana un artículo criticando que se trata de una muestra más de que las reglas son demasiado laxas. Cumplirlas no es suficiente para estar a la altura de los estándares que se deberían mantener.
Gabinete de Sánchez: algunos habréis escuchado en los últimos días que ha habido cambios en el Gobierno de España. Óscar López, que era el jefe de gabinete del presidente Pedro Sánchez, ha pasado a ocupar el ministerio que ha dejado vacante José Luis Escrivá, que pasa a ser gobernador del Banco de España (BdE), lo que hará que se siente en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, participando en el difícil debate sobre el ritmo al que deben bajarse los tipos de interés. El puesto de López lo ocupa Diego Rubio. Quizás muchos no lo conozcáis, pero es relevante en términos europeos. Rubio, de la máxima confianza del presidente del Gobierno, llevaba algo de tiempo siendo secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica, acumulando mucho poder en Moncloa y siendo el ‘sherpa’ de Sánchez en las cumbres europeas, es decir, la persona que negocia en su nombre. Ahora pasará a dirigir el gabinete del presidente.
Escrivá y Guindos: el asunto ha salido esta semana en algunas conversaciones informales en Bruselas. El asunto llama la atención en algunos círculos, sí, pero hay otros (no españoles) que no terminan de entender por qué hay tanto nerviosismo en España, y me preguntan: ¿no pasó Luis de Guindos directamente de ser ministro de Economía a ser vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE)? No es que les guste que los políticos pasen directamente a los bancos centrales, pero no consideran que sea algo inédito en el caso de España, a pesar de las diferencias entre el caso de Guindo (fue él solo el que se cocinó su candidatura sin apoyo de Rajoy, no porque el presidente tuviera un especial compromiso con la independencia de los bancos centrales sino porque no le interesaba su salida del Gobierno, y fue el Eurogrupo el que le eligió, no Moncloa) y el de Escrivá.
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