Nexo Europa (nº 171) - Pausas, en plural
Es viernes y este es el número 171 de Nexo Europa, la newsletter de actualidad y análisis de asuntos europeos. Gracias a todos, como cada semana, por estar ahí. Estos días me he abierto una cuenta en la nueva red social que confiamos que sustituya la vieja Twitter (actual X, convertida en un barrizal), y me podéis encontrar como ‘nachoalarcon.bsky.social’. Nos vemos por ahí.
Esta semana los ministros a cargo de Telecomunicaciones se han reunido en la increíble ciudad de León. De nuevo, desde la capital comunitaria nos corroe la envidia. También sentimos bastante envidia por no estar en Consuegra (provincia de Toledo), que este fin de semana celebra su Fiesta de la Rosa del Azafrán. También tenemos algo que celebrar aquí cerca de Bruselas: el 27 de octubre es la fecha en la que muchos sitúan la “fundación” de Amsterdam. El sitio ya estaba poblado, pero es la primera vez que aparece mencionado en un documento, firmado en Leiden (actuales Países Bajos) por el conde Floris V de Holanda, en el que se le otorga una excención impositiva a los residentes de apud Amestelledamme, “la presa en el Amstel”. Así que felicidades también si hay algún amsterdamés leyendo esto.
Como hemos tenido Consejo Europeo (por cierto, el último de uno de los más veteranos, Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo, que lleva en la sala desde el año 2013 y que ahora la abandona), y eso se traduce en una enorme carga de trabajo para los corresponsales en Bruselas, este viernes vamos a ir un poco más al grano.
Pausas, en plural
Los jefes de Estado y de Gobierno se han reunido este jueves y viernes en Bruselas con la vista puesta fuera de la Unión Europea. El club se encuentra rodeado de inestabilidad: continúa la guerra de Rusia contra Ucrania, a la que hay que añadir un aumento de las tensiones entre Serbia y Kosovo, la situación en Armenia y Azerbaiyán y, por último, pero ahora mismo en lo alto de la agenda, la guerra entre Israel y Hamás, un conflicto sobre el que los Veintisiete tratan de mantener la unidad.
Todos estos asuntos estuvieron en la agenda de los ministros de Asuntos Exteriores, que se reunieron el lunes en Luxemburgo en lo que fue un auténtico “valle de lágrimas”, que es como Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, se refería al Consejo de Asuntos Exteriores en 2019 cuando él todavía era ministro del ramo del Gobierno de España. Ya hablamos la semana pasada sobre la poquísima influencia que Europa tiene ahora mismo en esta cuestión, podéis repasarlo visitando el número del último viernes pinchando aquí. Así que podéis imaginar que no es que los ojos del mundo estuvieran puestos en Bruselas este jueves.
El gran debate en los días previos a la cumbre y durante el propio día de la reunión ha sido qué palabras utilizar exactamente para pedir algo en lo que más o menos todos los líderes europeos están de acuerdo: en que pueda llegar la ayuda humanitaria a los civiles gazatíes que están sufriendo en sus carnes la represalia de Israel por el brutal ataque terrorista de Hamás del pasado 7 de octubre. El debate, como explicaban numerosas fuentes diplomáticas, era retórico, “semántico”. Se hablaba de “pausa” o “pausas” humanitarias, algunos países abogaban por la idea de “ventanas” humanitaria. Se buscaba una fórmula que pudiera recoger de la mejor manera el espíritu de lo que querían decir los líderes: que es necesario “un acceso sin obstáculo y continuado de ayuda humanitaria que pueda alcanzar a la población civil”, como apuntaba una fuente diplomática francesa antes de la reunión. ¿Con qué palabra quedaba más claro que ese era el objetivo? ¿Cuál reflejaba mejor los equilibrios dentro de la habitación? Pues esa era la discusión en la que estaban metidos los diplomáticos en las horas previas a que comenzara la reunión y en la que siguieron los líderes durante casi seis horas.
España e Irlanda llegaron a la cumbre del jueves con la idea de intentar incluir en las conclusiones la idea de un “alto al fuego” humanitario. Pero no había posibilidad alguna de que esa idea pudiera pasar por el filtro de Olaf Scholz, canciller alemán, ni de otros líderes. Al inicio del encuentro una fuente diplomática descartaba por completo que ese término se incluyera. Era precisamente la delegación alemana la que defendía hasta pocas horas antes del encuentro, junto a sus colegas austriacos, que se debía utilizar la idea de “ventana humanitaria”. ¿Por qué? Bueno, pues porque la fórmula de la “pausa” requiere, obviamente, que Israel pause su ofensiva en Gaza. Y que eso interfería con lo que Berlín (y en realidad todos) considera que es fundamental preservar, que es el derecho de Israel a defenderse frente al ataque terrorista de Hamás.
Fue una discusión larga, compleja, en la que España había situado el objetivo del “alto al fuego” para vender así más cara su posición y obligar al resto de socios a moverse más. Así se funciona en la alta política europea. Uno hace su movimiento inicial y automáticamente después empieza el trabajo de transacción, de mercadeo. A cambio de ceder en su “alto al fuego”, que después se convirtió en una “pausa”, en singular, España quería una referencia a la idea de una cumbre internacional por la paz que defiende Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, una idea que ya se había mencionado durante el fin de semana en la reunión del Cairo. Finalmente el Consejo Europeo incluyó la idea de la celebración de dicha cumbre “pronto”. La inclusión de esa mención era vista como una auténtica victoria por parte de Moncloa. Una fuente diplomática restaba importancia a todo este asunto preguntándose quién no está a favor de una cumbre por la paz.
Para los curiosos, así acabó quedando el párrafo clave de esta cumbre (aunque la cumbre se menciona en otro párrafo):
“El Consejo Europeo expresa su más profunda preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Gaza y pide un acceso humanitario continuo, rápido, seguro y sin obstáculos y ayuda para llegar a quienes la necesitan a través de todas las medidas necesarias, incluidos corredores humanitarios y pausas para atender necesidades humanitarias. La Unión Europea trabajará estrechamente con sus socios en la región para proteger a los civiles, brindar asistencia y facilitar el acceso a alimentos, agua, atención médica, combustible y refugio, garantizando que las organizaciones terroristas no abusen de dicha asistencia”.
Finalmente apostaron por la idea de “pausas”, es decir, literalmente lo que dijo Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, durante su discurso en Naciones Unidas el martes. La UE no ha ido ni un centímetro más allá, salvo por la idea esta de la cumbre por la paz, de la que no sabemos absolutamente nada porque, obviamente, lo primero es intentar evitar una masacre. Para Alemania o Austria la idea de “pausas” es más aceptable, porque indica que habrá momentos en los que el conflicto se frenará puntualmente para la entrada de ayuda humanitaria, pero sin interrumpir realmente la ofensiva de Israel, mientras que la idea de “pausa humanitaria” indicaba, a su parecer, algo demasiado similar al alto al fuego, al que el canciller austriaco calificó de “fantasía”.
Para los que os estáis iniciando en esto de los asuntos europeos este es un buen ejemplo de cómo funciona Bruselas, de la importancia que puede tener el uso del plural y el singular en un contexto en el que cada coma, cada palabra, se miden al milímetro, haciendo todas las lecturas posibles y trabajando con las sensibilidades de veintisiete socios con prioridades muy diferentes.

Cajón de sastre…
Quejas internas: la semana pasada unos 800 trabajadores de la Comisión Europea escribieron una carta en la que se quejaban de la posición que ha tomado Von der Leyen en el conflicto entre Israel y Hamás, de la que ya hemos hablado aquí en semanas anteriores y en la que la alemana se ha alineado por completo con la estrategia del Gobierno de Benjamin Netanyahu. La presidenta les respondió a principios de esta semana: “Quiero asegurarles que Europa siempre estará del lado de la humanidad y de los derechos humanos”. Lo cierto es que son muchos los trabajadores del Ejecutivo comunitario que siguen sin estar contentos, que consideran que Von der Leyen se ha sacudido la crítica interna sin prestar demasiada atención al malestar interno y sin sacar lecciones.
Es que Europa es muy desigual: lo cierto es que no todo el mundo dentro de la Comisión Europea está indignado con Von der Leyen. La razón es que el conflicto entre Israel y Palestina se ve de forma muy diferente en los distintos Estados miembros. Mientras los españoles, irlandeses, belgas o luxemburgueses son muy sensibles a los intereses palestinos, en países como República Checa, Alemania o Austria se cierran filas con Israel de manera histórica. Para entender bien las diferencias entre los distintos Estados miembros os recomiendo que os paséis por este artículo de El Confidencial en el que repasamos las posiciones de algunos de los grandes actores de la UE en esta cuestión.
Malas vibras económicas: malas noticias a la vista en la economía europea. El PMI, una encuesta que permite identificar las perspectivas de los gerentes y que es un buen termómetro a la hora de identificar el estado de salud de la economía (y que por encima de 50 puntos señala una expansión de la economía y por debajo una contracción), ha caído en octubre a 46,5 puntos (el peor dato en 35 meses) desde los 47,2 puntos de septiembre. Reuters, que hace una encuesta previa, pensaba que habría un pequeño incremento hasta los 47,4 puntos por lo que el resultado ha sido toda una sorpresa. Estos datos han estado sobre la mesa del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que se ha reunido esta semana y que ha decidido poner pausa al endurecimiento de la política monetaria. La presidenta del eurobanco, la francesa Christine Lagarde, ha prometido mantener los tipos de interés altos durante el tiempo que sea necesario para reducir la inflación, pero si la encuesta está en lo cierto y las nubes son tan negras como aparentan en estos momentos, aumentará la presión sobre Frankfurt para que cambie de dirección.
Presupuesto europeo: uno de los asuntos que los líderes discutieron fue la actualización del Marco Financiero Plurianual (MFP) que corre hasta el año 2027, pero que la inflación y los gastos inesperados en asuntos como la guerra de Ucrania han consumido por completo. La Comisión Europea quiere 66.000 millones de euros más por parte de los Estados miembros, algo que evidentemente no ha gustado a algunos socios como Alemania o Países Bajos, y en total, contando con créditos, un total de 100.000 millones. No se trataba de llegar a un acuerdo en esta cumbre, porque todavía quedaba tiempo, pero sí había algunas fuentes diplomáticas que creían que el asunto podía enquistarse durante la reunión de líderes. Y, efectivamente, la discusión mostró que va a ser un debate complejo, muy caliente. Preparaos para una cumbre difícil en diciembre. Una de estas fuentes explicaba que durante la discusión Alemania había hecho “una larga introducción que se puede resumir en: nein”. Berlín dice que la Comisión tiene que intentar reubicar fondos desde otros programas para encontrar la pasta que le falta, y una fuente diplomática holandesa explica que la Comisión debería hacer lo que están teniendo que hacer los Estados miembros: buscar dentro de sus presupuestos de dónde sacar el dinero.
Negociaciones sobre la IA: los trílogos sobre la primera regulación global sobre la Inteligencia Artificial, la de la Unión Europea, terminaron esta semana sin que se pudiera cerrar un acuerdo, a pesar de que había bastante expectativas puestas en la reunión de este martes. Sin embargo, los negociadores parecen bastante optimistas sobre la posibilidad de lograr un acuerdo. Ibán García del Blanco, eurodiputado socialista y uno de los negociadores de la Eurocámara, se muestra satisfecho con la última reunión. “Estábamos muy empantanados en nuestras posiciones iniciales en algunos temas, pero creo que en esta reunión empezamos a avanzar, a negociar de verdad, a mojarnos”, explica a Nexo Europa. “Avanzamos bastante y plantamos las bases para poder cerrar el acuerdo cuanto antes”, añade. Habrá un nuevo trílogo en noviembre y, si todo va bien, se podría cerrar en diciembre. Si quieres saber más sobre el debate de la regulación de la IA en la UE puedes pinchar aquí.
¿Nueva ronda?: parece que la Comisión Europea está consultando con los Estados miembros la posibilidad de lanzar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia por su guerra contra Ucrania precisamente en un momento en el que Kiev teme que el apoyo occidental pueda reducirse debido al conflicto entre Israel y Hamás. Esta nueva ronda, que sería ya la decimosegunda, podría incluir por ejemplo los diamantes, que hasta ahora se habían salvado por la negativa de Bélgica, que tiene un importante comercio de diamantes del que cualquiera que haya visitado Amberes podrá dar fe. El 90% de los diamantes con los que se comercia en el mundo pasan por las calles de la ciudad al norte de Bélgica. El primer ministro, Alexander de Croo, ya señaló hace días que queda poco para tener un acuerdo al respecto. Podéis leer más aquí.
¿Eurodiputados observadores?: aprovechando que ahora todo el mundo está pendiente de otra cosa, Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, ha propuesto que Ucrania y Moldavia puedan tener eurodiputados “observadores” en la institución si avanzan en su camino hacia la Unión Europea. Podéis leer más en este artículo de POLITICO. Ya saben los lectores de esta newsletter que aquí siempre hemos sido poco amigos de generar altas expectativas respecto a una ampliación rápida a Kiev y Chisinau, pero esa es una reserva que no siempre tienen Metsola y Von der Leyen. Recordad que en la segunda semana de noviembre tendremos el informe de ampliación de la Comisión Europea, del que obtendremos más información sobre cómo va el proceso para ambos países y para otros socios del vecindario.
Guerras internas en la izquierda alemana: Sahra Wagenknecht, una de las figuras centrales de Die Linke, la formación izquierdista alemana, ha anunciado junto con otros nueve miembros que abandona el partido para fundar uno nuevo. El movimiento es relevante porque deja a Die Linke por debajo del umbral necesario para tener un grupo propio en el Bundestag. El partido lleva en crisis desde junio, cuando los líderes de la formación pidieron a Wagenknecht, que fue líder de grupo entre el 2015 y el 2019, que entregara su escaño, acusándola de querer fundar un nuevo partido. Esa decisión ya generó mucha división en la bancada. Algunos consideraban que era adecuada, que Wagenknecht estaba intentando aprovecharse de Die Linke para ir construyendo su propio proyecto, mientras que otros señalaban que ese movimiento de la dirección solamente contribuía a dividir todavía más al partido. Wagenknecht es una figura muy controvertida por pedir desde la izquierda una política migratoria más dura y oponerse a la agenda verde por la que abogan los progresistas alemanes, oponiéndose también por ejemplo al apoyo militar a Ucrania. Las encuestas indican que su formación, que podría estrenarse en las elecciones europeas de junio de 2024, podría rondar el 20% de los votos.
Y en la izquierda griega: las nuevas encuestas apuntan a que Syriza, la formación izquierdista griega, está perdiendo terreno rápidamente. Se encuentra ya solamente un 1% por delante de PASOK. Mientras tanto, Nueva Democracia se sitúa en el 36,6%. Eso no significa que la gente esté contenta con el Gobierno de Kyriakos Mitsotakis, según la encuesta, realizada por la televisión Star TV, más del 54% de los encuestados decían estar insatisfechos. Pero la izquierda no está sabiendo aprovechar ese desgate por la guerra civil en la que vive desde que Stefanos Kasselakis, un griego residente en Estados Unidos y completamente desconocido. La situación en Syriza es muy tensa después de que Kasselakis decidiera expulsar esta semana a Nikos Filis, Panos Skourletis y Dimitris Vitsas, todos antiguos ministros, que han sido muy críticos con el nuevo líder de la formación.
Elecciones en Países Bajos: se acercan los comicios en Países Bajos y todo el mundo está pendiente de una nueva formación política llamada Nieuw Sociaal Contract (NSC, traducido como Nuevo Contrato Social), fundado por Pieter Omtzigt, hasta hace poco diputado de los democristianos (CDA), y que en estos momentos se sitúa como el favorito en las encuestas, con un 18%, ligeramente por encima del VVD (la formación del actual primer ministro en funciones y que no repetirá, Mark Rutte). En el 16% de intención de voto se encuentra la alianza entre socialistas y verdes (PvdA-GL), liderado por el exvicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans. El NSC, considerado por muchos como “anti-establishment”, ha dejado claro que, de llegar al Gobierno se opondrá a una mayor integración europea. Omtzigt, que ha aprovechado muy bien el vacío que ha dejado la salida de la figura política más relevante de las últimas décadas, Rutte, ha descartado pactos con los dos partidos de extrema derecha holandesa, el FvD y el PVV, aunque ha tenido cuidado a la hora de no espantar a potenciales votantes de estas dos formaciones que puedan llegar a apostar por el NSC. Aunque ojo al PVV de Geert Wilders, porque se encuentra al alza en casi todas las encuestas (pasando del 10% al 13% en estas últimas semanas).
Classic Orbán: ya nadie se sorprende cuando Viktor Orbán, primer ministro húngaro, saca los pies del tiesto retóricamente. Últimamente se le va bastante la mano. Y esta semana lo ha vuelto a demostrar, al comparar a la Unión Europea y su presión contra Budapest para la protección del estado de derecho con los dictados de la Unión Soviética, que en 1956 aplastó la revolución húngara con la fuerza de los tanques y que dejó miles de muertos. De hecho, Orbán manchó la memoria de esos muertos al hacer esa comparación precisamente en un discurso en conmemoración de la revuelta húngara. “Tuvimos que bailar al son al que silbaba Moscú, ahora Bruselas también silba, pero bailamos como queremos, y si no queremos, no bailamos”, dijo el primer ministro durante su discurso.
Huliak is out: la semana pasada SNS, el partido de derecha radical que forma parte de la coalición que gobernará Eslovaquia con Robert Fico como primer ministro, nominó a Rudolf Huliak como ministro de Medio Ambiente. La liberal Zuzana Čaputová, presidenta de la república, se opuso a dicho nombramiento. ¿La razón? Huliak es un negacionista del cambio climático. “Un candidato que no reconoce el consenso científico sobre el cambio climático y que, según él, no existe una crisis climática real, no puede dirigir y representar un ministerio cuya tarea principal, según la ley, es la protección de la naturaleza y el clima”, señaló Čaputová. El SNS se quejó del rol que jugó la presidenta, pero finalmente ha decidido elegir a otra persona para el puesto, nominando a Tomáš Taraba en su lugar. Huliak, que es alcalde de un pequeño pueblo en el centro de Eslovaquia, asegura que no es un negacionista climático, pero que considera que la economía eslovaca no debería verse dañada por los esfuerzos para hacer frente al calentamiento global.
EUI en líos navideños: esta semana me llegó, de alguna manera, que el Instituto Universitario Europeo de Florencia se había metido en un lío, que su presidente, el belga Renaud Dehousse, había enviado un mensaje interno en el que señalaba que la “Navidad” se cambiaría de nombre a raíz de una nueva guía de la institución para reflejar mejor la diversidad étnica y religiosa de los estudiantes y trabajadores. Todo surgió de una información de la agencia de noticias Sia, especializada en información religiosa. EUI lo ha negado en un comunicado, aunque no niega abiertamente que se vaya a buscar un nombre alternativo al evento. "El Instituto Universitario Europeo es una universidad internacional que acoge a un número cada vez mayor de estudiantes, investigadores, profesores y personal de todo el mundo. Este entorno verdaderamente internacional requiere una política de inclusión de diferentes culturas. Para ello, el Instituto ha adoptado recientemente un Plan de Igualdad Étnica y Racial, que recomienda el uso de un lenguaje inclusivo en las diversas actividades del Instituto. Sin embargo, no se prevén cambios en la planificación de la fiesta interna de fin de año de la EUI, que seguirá presentando actividades tradicionales vinculadas a la Navidad, parte integral del patrimonio cultural de Europa. Además, contrariamente a lo que se ha informado en algunos medios de comunicación, nunca hubo ningún plan para eliminar la celebración de fiestas religiosas en el Instituto”, señala la institución en un comunicado. En 2021 la Comisión Europea ya hizo un intento similar y se vio obligada a dar marcha atrás por la presión de algunos sectores.
Catalán, euskera y gallego: esta semana ha vuelto a la mesa del Consejo de Asuntos Generales la cuestión del reconocimiento del catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea, algo que, como recordaréis, se trató ya en el CAG de septiembre, sin ningún resultado especialmente positivo para el Gobierno. No había novedades y no ha habido novedades tampoco esta semana tras la reunión en Luxemburgo. José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, ha celebrado supuestos avances basados en la idea de que nadie ha vetado nada, pero lo cierto es que para hacer algún tipo de avance todavía hacen falta los informes de impacto, que ya se han solicitado a la Comisión Europea, y que los Estados miembros que eran reacios a ese reconocimiento (como Suecia, Finlandia o Letonia), cambien de posición. Y ninguna de las dos cosas han ocurrido por ahora.
Un paso más cerca: Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, ha firmado esta semana el protocolo de ingreso de Suecia en la OTAN y lo ha enviado al parlamento de Turquía, cumpliendo así con la promesa que hizo durante la cumbre de la Alianza Atlántica en Vilna (Lituania) el pasado mes de julio. Sin embargo, no tenemos ninguna garantía de que los parlamentarios turcos vayan a ser rápidos a la hora de completar el proceso. Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, ha viajado esta semana a Suecia, donde se ha reunido con el primer ministro. Dos ciudadanos del país fueron asesinados la semana pasada en Bruselas por un terrorista.
Victoria derechista en Suiza: el partido de extrema derecha SVP ha obtenido un 29% de los votos en las elecciones parlamentarias que se celebraron la semana pasada en Suiza, su mejor resultado histórico. Los socialistas quedaron segundos, rondando el 17% de los votos. La campaña del SVP se ha centrado en asuntos como el aumento del coste de vida o la inmigración, acaparando la atención y la agenda, que se ha alejado de otras prioridades del pasado, como la lucha contra el cambio climático, lo que explica por ejemplo la caída de cuatro puntos porcentuales de Los Verdes.
Huelga feminista en Islandia: este miércoles las mujeres islandesas hicieron huelga. Se ha unido incluso Katrín Jakobsdóttir, la primera ministra islandesa. Es la primera movilización de este estilo en 48 años, desde 1975. Islandia es el país líder en el cierre de la brecha salarial entre hombres y mujeres, pero incluso así hay algunos sectores en los que la brecha alcanza el 21%. Unas 25.000 personas se manifestaron en el centro de la capital islandesa, Reikiavik.
Montenegro pide paso: Jakov Milatović, presidente de Montenegro, ha explicado en una entrevista con The Guardian que la Unión Europea debería dar el paso de admitir al país balcánico en los próximos años. “Nuestra membresía sería una historia sobre algo más que Montenegro. Mostraría a los países en proceso de adhesión que el camino de las reformas vale la pena”, señaló Milatović a la espera de ese informe sobre los progresos en la ampliación del que hemos hablado antes y que se publicará en la segunda semana de noviembre. “Todo el proceso de la UE durante los últimos 10 años se volvió muy técnico y desde la gran ampliación hacia el este en 2004 perdió su dimensión política”, añadió. Y es verdad. La razón es que la ampliación de 2004 fue bastante traumática y divisiva, como explicamos en este artículo de El Confidencial tras la cumbre de Granada en la que se habló de dar la bienvenida a nuevos socios.
Serbia y Kosovo: Aleksandar Vucic, presidente de Serbia, mantuvo la semana pasada una reunión con un buen grupo de diplomáticos occidentales para discutir la situación de Kosovo. Estuvieron el enviado especial de la UE y de EEUU para la región, Miroslav Lajčak y Gabriel Escobar, los asesores de política exterior y de seguridad de Francia y Alemania, Emanuel Bonn y Jens Plettner, junto con el asesor diplomático de Giorgia Meloni, Francesco Talo. La reunión fue “difícil”, según Vucic, que también anunció que vendría a Bruselas a lo largo de la semana para seguir manteniendo reuniones con el objetivo de rebajar las tensiones.