Nexo Europa (nº 228) - Una brújula para Europa
Es viernes y este es el número 228 de Nexo Europa, la newsletter de actualidad y análisis de asuntos europeos. Esta semana llego un poco más tarde de lo habitual, pero me encontráis en Bilbao, donde he venido a hablar del futuro de Europa (no ha sido un discurso especialmente optimista, lo siento por los asistentes, que sé que hay alguno por aquí).
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Esta semana además traigo algunas noticias adicionales, porque Laura Zornoza y un servidor os traemos el último capítulo de ‘¿Y las europeas?’, el podcast con el que intentamos explicar las elecciones al Parlamento Europeo en junio y el cambio en las principales instituciones europeas. Pero ojo: el podcast continúa. Cambiamos de nombre, añadiremos nuevos formatos, pero el espíritu seguirá siendo el mismo. A partir de ahora nos vemos en ‘Estación Europa’. Nos podéis escuchar en Spotify y en iVoox.
Una brújula para Europa
La Comisión Europea ha presentado esta semana un documento conocido como “Brújula de la Competitividad”, una hoja de ruta con la que el Ejecutivo comunitario pretende estructurar los próximos cinco años de legislatura. Como el nombre indica, el equipo liderado por la presidenta Ursula von der Leyen ha intentado construir una agenda sobre competitividad sobre la base del informe que publicó ya en su momento Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE) y antiguo primer ministro italiano.
Lo que nos ofrece el documento, que han presentado esta semana Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y su vicepresidente ejecutivo a cargo de Mercado Interior, Stéphane Séjourné, son una serie de ideas y un calendario con unas 20 iniciativas legislativas para los próximos años. ¿El objetivo último? Reaccionar al declive de la industria y de la economía europea. Cambiar la tendencia. Las ideas son vagas, poco desarrolladas, pero no podemos culparles: se trata de una hoja de ruta para los próximos cinco años, y a partir de aquí tendrá que ir construyendo propuestas concretas.
Hay tres ideas verticales a lo largo del documento: cerrar la brecha de la innovación, mantener la ruta hacia una industria descarbonizada y competitiva, y aumentar la seguridad de Europa. Son tres grandes objetivos que son mucho más difíciles de conseguir que de mencionar. Para lo primero, el Ejecutivo comunitario hace propuestas para el desarrollo de la inteligencia artificial, mejorar el acceso a las infraestructuras de innovación, ayudar a que las pequeñas y medianas empresas innovadoras tengan capacidad de crecer y acceder a capital, que es fundamentalmente lo que les falta. Hay muchas ideas ya con más nivel de detalle en este punto, como por ejemplo la creación de un “régimen número 28” con una regulación común para las empresas tecnológicas, da igual en qué Estado miembro estén (suerte con eso, Von der Leyen).
Respecto al segundo eje vertical, el referido a la competitividad y la descarbonización, la Comisión Europea presentará su “Pacto de Industria Limpia” en las próximas semanas, que será la pieza clave de este esfuerzo, acompañado de una estrategia para abaratar los precios de la energía para las industrias y acompañar a sectores fundamentales, como el del automóvil o el del acero y los metales, en una transición ecológica que es muy delicada. El tercer eje, el dedicado a la seguridad, incluye toda la agenda de seguridad económica, e iniciativas como una plataforma para la compra conjunta de materias primas críticas y el desarrollo de un Libro Blanco sobre el Futuro de la Defensa Europea.
Estos tres ejes verticales están atravesados por varios ejes horizontales que la Comisión ha identificado como un “habilitadores horizontales de la competitividad”, es decir, cómo destapar el potencial de la industria europea. Una de las obsesiones que recorren el documento es la necesidad de simplificar las normas. Especialmente en lo que se refiere a la obligación de reporting por parte de las compañías europeas. El Ejecutivo comunitario promete recortar las cargas administrativas de estos requisitos de información en un 25% para todas las empresas y en un 35% para las pequeñas y medianas compañías.
El segundo eje horizontal tiene como objetivo potenciar el Mercado Interior, eliminando barreras entre Estados miembros. El tercer eje es encontrar el capital necesario para la innovación. Para esto la Comisión recoge la idea del italiano Enrico Letta en su informe sobre la competitividad (anterior al de Mario Draghi) de una Unión de Ahorros e Inversiones, para que los ahorros de los europeos (que ahorran mucho) se redirija a inversiones. Fácil decirlo, difícil hacerlo.
Especialmente cuando no hay dinero público fresco sobre la mesa. Lo que hace la Comisión Europea es hablar de innovación y de la necesidad de lograr que nuestras compañías vuelvan a ser competitivas, pero para eso hace falta mucho, mucho dinero. Preguntados en repetidas ocasiones con qué dinero se va a conseguir, Von der Leyen, Séjourné, y distintas fuentes comunitarias consultadas han estado escurriendo el bulto.
Que si el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que si el Marco Financiero Plurianual (MFP), que si recursos propios. Pero nada de lo que España quiere oír hablar: si estamos hablando de bienes públicos europeos, como la seguridad o la transición verde, ¿no debería tener recursos realmente europeos? En otras palabras: ¿toda esta transformación no ameritaría un programa de fondos comunes sustentado por una emisión conjunta de bonos europeos como el que vimos durante la pandemia? Como veis, tenemos sobre la mesa algunos de los debates fundamentales que van a marcar nuestros próximos cinco años, aunque todavía nos falta mucho nivel de detalle para saber cuál es la ambición real del Ejecutivo comunitario.
Cajón del sastre
Negociación permanente: la supervivencia del Gobierno francés sigue siendo el foco de atención para muchos. El Ejecutivo liderado por François Bayrou está intentando sacar adelante las cuentas de 2025, y aunque ahora mismo tiene todo a favor para que sean aprobadas, en el proceso puede acabar perdiendo el respaldo de un grupo crítico de diputados del Partido Socialista (PS). O eso temen en París. En principio están los números para lograr que las cuentas pasen el test de la Asamblea Nacional. Pero hay una fuerte desafección en algunos sectores del PS, y todavía existe la posibilidad de que se active una moción de confianza. Si algunos parlamentarios socialistas se suman a una nueva moción de confianza liderada por la Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon el destino de Bayrou podría volver a estar en manos de la bancada de extrema derecha de Reagrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen y Jordan Bardella.
Abrir la puerta a AfD: el favorito para ser nuevo canciller federal de Alemania, Friedrich Merz, líder de los democristianos (CDU) contó este miércoles con los votos de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) para sacar adelante una resolución simbólica en el Bundestag que pide endurecer la política migratoria de Alemania. Se trata de un movimiento con el que Merz busca convencer a los votantes alemanes descontentos con la política migratoria de Berlín de que la CDU es creíble en su discurso duro contra los inmigrantes. Pero ha sido también la primera vez que abren la puerta al partido de extrema derecha. Y este viernes podría ir más allá, ya que se está discutiendo no una resolución, sino la aprobación de una norma en el Bundestag que podría salir adelante con los votos de los conservadores y de la extrema derecha. Ese movimiento ha provocado que Angela Merkel, rival histórica de Merz dentro de la CDU y cuyo legado está siendo ahora fuertemente criticado, haya atacado al actual líder de los democristianos. "Desde la fundación de la República Federal de Alemania, hace más de 75 años, siempre ha habido un claro consenso entre todos los demócratas: No hacemos causa común con la extrema derecha", ha atacado Olaf Scholz, canciller federal y líder de los socialdemócratas (SPD). El debate está especialmente caldeado por algunos ataques por parte de solicitantes de asilo, el último hace solamente unos días en Aschaffenburg, donde un solicitante de asilo afgano mató a dos personas, una de ellas un niño de dos años. La iglesia protestante y católica alemana ha pedido al parlamento que se baje el tono de tensión. “El momento y el tono del debate actual nos parecen profundamente extraños. Es probable que difame a todos los inmigrantes que viven en Alemania, avive prejuicios y, en nuestra opinión, no contribuye a resolver los verdaderos problemas”, señalan en una carta reciente.
Paciencia groenlandesa: ya sabéis que en las semanas previas a la inauguración de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos la estrategia clara fue un “mantened la calma y no entréis a las provocaciones”, ni de él ni de Elon Musk. El asunto más sensible fue, obviamente, las amenazas de Washington respecto a Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, un Estado miembro de la UE y también de la OTAN. Por lo visto, hace dos semanas, y según fuentes que cita el Financial Times, ya hubo una llamada muy tensa entre Trump y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en la que el nuevo inquilino de la Casa Blanca insistió en que EEUU necesita ese territorio. “Fue horrendo”, asegura una fuente al periódico británico. Pero la estrategia parece estar siendo la misma: esperar a que Trump se entretenga con otra cosa. En la Unión Europea y en la OTAN se busca no entrar al trapo, porque saben que las implicaciones de un choque directo entre Washington y los aliados (aunque sea verbal) puede tener consecuencias desastrosas. Esta semana Frederiksen ha viajado a Berlín, París y por último Bruselas, donde se ha reunido con Mark Rutte, secretario general de la OTAN. La cuestión de Groenlandia ha estado obviamente en el centro de la agenda.
El BEI y la defensa: un grupo muy importante de Estados miembros han vuelto a pedir que el Banco Europeo de Inversiones (BEI), presidido por Nadia Calviño, exvicepresidenta del Gobierno de España, revise su estrategia de inversión para que pueda utilizar su músculo en la industria de defensa europeo. Hasta ahora el BEI puede financiar bienes de uso dual, es decir, que pueden utilizarse tanto en el ámbito militar como en el civil, pero no puede dedicar sus recursos a financiar directamente la industria militar en ámbitos como la munición o capacidades. En todo caso, dentro del BEI hay todavía una importante resistencia a dar este paso. “No somos un ministerio de defensa”, ha recordado Calviño esta semana en la que la institución, con sede en Luxemburgo, ha presentado sus resultados del 2024.
Retiro defensivo: hablando de gasto en defensa… el rol que debe jugar el BEI en la industria militar europea será seguro uno de los asuntos de los que hablarán este lunes los jefes de Estado y de Gobierno cuando se reúnan en Bruselas para lo que no será una cumbre, sino una especie de ‘retiro’. De hecho, Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, no ha convocado a los líderes en el edificio en el que habitualmente se reúnen, el Edificio Europa, en el barrio europeo, sino en el Palacio Egmont. La idea es sacarlos de su marco habitual, propiciar que hablen con libertad y que tengan un debate en profundidad sobre el asunto sin la necesidad de tener que acordar unas conclusiones que obligan a mirar con detalle cada coma y cada frase. En el encuentro participarán también en distintos momentos Mark Rutte, secretario general de la OTAN, y Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido.
Rompiendo el silencio: a principios de esta semana algunos estaban nerviosos en Bruselas ante la falta de contactos directos entre Washington y las instituciones europeas. El silencio se rompió el martes, cuando Kaja Kallas, Alta Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, habló por teléfono con Marco Rubio, nuevo secretario de Estado de Estados Unidos. La sensación de que la nueva administración Trump estaba “haciendo el vacío” a Bruselas era bastante real el lunes. Pero lo cierto es que el jefe de la diplomacia americana solamente había hablado con un puñado de ministros la semana pasada: los de Polonia, los Bálticos, Dinamarca, Italia y Hungría. El lunes telefoneó a sus homólogos de Francia y Alemania. Solamente entonces, el martes, habló con Kallas, que había extendido una invitación para que participara en el Consejo de Asuntos Exteriores. Se celebró uno el lunes, pero la invitación es abierta para que el americano participe en alguna de las futuras reuniones.
Inicio del diálogo: esta semana la Comisión Europea ha comenzado el diálogo estratégico con el sector del automóvil, representado tanto por algunas organizaciones como por ciertas empresas como BMW, Renault o Volkswagen, que pide al Ejecutivo comunitario que no aplique las multas por exceso de contaminación del año 2025, que aseguran que podría dejar todavía más tocada una industria que se está viendo sacudida, obligándola a anunciar despidos y cierres de fábricas. Von der Leyen ha prometido una nueva estrategia para el sector automovilístico que presentará el próximo 5 de marzo. “El plan de acción integrado trazará un rumbo claro para garantizar que nuestra industria pueda prosperar en Europa y competir con éxito en un escenario global”, ha asegurado la alemana.
Meloni insiste: a pesar de que el plan ha sido tumbado en varias ocasiones por los tribunales italianos, Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, insiste en su “plan albanés”, y esta semana ha enviado de nuevo a 49 solicitantes de asilo, entre ellos procedentes de Egipto, Costa de Marfil o Gambia, al centro construido por Roma en Gjadër. El Gobierno italiano subraya que estos son países seguros que no justifican que reciban asilo en Italia, y confía en que estos envíos a Albania disuadan a otros inmigrantes de intentar llegar a Lampedusa. Meloni mantiene un pulso con la justicia por su plan albanés, pero además, la relación entre los tribunales y la primera ministra se está tensando especialmente en las últimas semanas. Ahora la líder del partido ultraconservador Fratelli d’Italia está siendo investigada por la decisión de las autoridades italianas de devolver a Libia a una persona buscada por el Tribunal Penal Internacional. Además, una parte de los tribunales está en pie de guerra con el Gobierno por la reforma judicial que está impulsando el Ejecutivo de Meloni, en el que le acompañan el partido de derechas Forza Italia y el partido de extrema derecha Lega. Podéis leer más de este último asunto aquí.
Complot ruso: hace algunas semanas hablábamos sobre cómo la Unión Europea no se encuentra en guerra, pero tampoco en paz. Varias nuevas muestras esta semana. James Appathurai, Subsecretario General Adjunto de Innovación, Híbridos y Cibernética de la OTAN, se ha convertido en la primera persona de la Alianza en hablar sobre cómo los servicios de inteligencia americanos y alemanes frenaron en julio un intento por parte de Rusia de asesinar a Armin Papperger, director de Rheinmetall, uno de los principales fabricantes de armamento en Europa. Lo ha hecho durante una reunión de una comisión del Parlamento Europeo. Podéis leer más aquí. “Generalmente se hacen de forma burda, pero se hacen con un propósito, que es crear inquietud para socavar el apoyo a Ucrania”, ha explicado Appathurai.
Un andaluz para el CdR: el Comité de las Regiones (CdR), un órgano consultivo de la Unión Europea que tiene como objetivo potenciar la voz de las regiones europeas en Bruselas, tendrá muy probablemente a un presidente andaluz. Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, será el candidato de consenso de populares y socialistas europeos para sustituir al socialista portugués Vasco Cordeiro, que llevaba en el puesto desde el año 2022. El último presidente español fue Ramón Luis Valcárcel, entonces presidente de la Región de Murcia cuando ocupó el puesto entre el 2012 y el 2014.
Protestas en Serbia: continúan las protestas lideradas por los estudiantes en Serbia tras el accidente de la estación de tren de Novi Sad por la que murieron 15 personas y que ha acabado convirtiéndose en una revuelta popular contra la corrupción estatal del Gobierno de Alexander Vucic. Milos Vucevic, su primer ministro, ha presentado esta semana su dimisión.
La desinformación y el desconocimiento son el mayor enemigo de Europa y del futuro de los europeos. Nexo Europa necesita tu ayuda para seguir haciendo nuestra parte de trabajo. Para apoyar el proyecto y que siga siendo viable podéis hacerlo pulsando debajo en Pledge your support o pinchando aquí. Todavía no se te cobrará nada, porque necesitamos muchos más compromisos para dar el paso. Si no consigues hacer el compromiso de pago, quizás puedes resolverlo siguiendo las instrucciones que doy al final de este post. Otra opción es escribirme a nexoeuropa.newsletter@gmail.com e intentaré ayudarte.