Nexo Europa (nº 244) - Asedio comercial
Esta semana abordamos la segunda vuelta de las presidenciales polacas, las negociaciones comerciales o el cambio de posición respecto a Israel, además de muchos otros asuntos de actualidad.
Es viernes, este es el número 244 de Nexo Europa, la newsletter de actualidad y análisis de asuntos europeos. Recordaros que ahora también tengo una pequeña cuenta en Instagram donde vamos incluyendo algunos de los contenidos de esta semana e intentamos también hacer algo de divulgación por esa vía.
Nexo Europa necesita tu ayuda para seguir explicando la Unión Europea. Por muy poco al mes puedes ayudar a que la newsletter siga funcionando y llegando a más gente.
Si quieres unirte y apoyar el proyecto para que siga siendo viable puedes hacerlo pulsando debajo en Pledge your support o pinchando aquí. Todavía no se te cobrará nada, porque necesitamos más compromisos de suscripciones de pago para dar el siguiente paso. Si no consigues hacer el compromiso de pago, quizás puedes resolverlo siguiendo las instrucciones que doy al final de este post. Otra opción es escribirme a nexoeuropa.newsletter@gmail.com e intentaré ayudarte.
La semana pasada publicamos un capítulo de ‘Estación Europa’, el podcast para entender la Unión Europea, con Guillermo Abril, corresponsal de El País en Pekín y antiguo compañero en Bruselas, como invitado. Nos explica las opciones reales de un acercamiento entre la UE y China en tiempos de Trump. Podéis escucharlo en Spotify, iVoox y Apple Podcast. Dadle cariño y compartidlo.
Asedio comercial
Han pasado muchas cosas en el frente comercial desde que la semana pasada enviamos el número 243 de esta newsletter, así que vamos a ponernos un poco al día. A estas alturas ya sabéis que el viernes, después del envío de la última edición de Nexo Europa, Donald Trump, presidente americano, amenazó con aranceles del 50% contra los productos europeos a partir del 1 de junio ante la ausencia de progresos en las negociaciones comerciales, rompiendo así la tregua de 90 días que él mismo había establecido y subiendo del 20% al 50% los aranceles generales aplicados a la mayoría de productos de la UE. Ese fue el punto de inicio de todos los movimientos de la última semana, incluido el viernes pasado.
Ese día Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, tenía ya prevista una llamada telefónica con sus homólogos Jamieson Greer, representante de Comercio, y con Howard Lutnick, secretario de Comercio. Bastantes horas después de la llamada el negociador europeo escribió en redes sociales que EEUU y la UE debían negociar con “respeto” y rechazando las “amenazas”. Sefcovic también señaló que los Veintisiete estarían listos para protegerse en caso de que Washington cumpliera con las amenazas expresadas por Trump.
El domingo llegó uno de los momentos clave de la semana: por primera vez desde que Trump está en la Casa Blanca, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos. Aquella llamada rebajó el tono e hizo que Trump retirara la amenaza de aranceles del 50% este próximo 1 de junio, señalando que respetaría la tregua de 90 días. En Washington (y también por parte de muchos en Bruselas) la llamada de Von der Leyen se interpretó como un movimiento en la dirección del presidente de Estados Unidos y una ruptura respecto a la estrategia que hasta ahora parecía estar manteniéndose: mantener las líneas y esperar a que el lado americano sucumba a la presión que él mismo se ha puesto sobre los hombros.
La alemana está en contacto con los líderes europeos, y está claro que hay algunos de ellos que no tienen ningún apetito por una guerra comercial total con Estados Unidos y quieren evitarla a toda costa, incluso si el precio a pagar es tener que ceder en algunas posiciones. Giorgia Meloni, primera ministra italiana, es claramente una de estos dirigentes que están pidiendo a Bruselas que se cierre un acuerdo sí o sí. En respuesta a esta presión la Comisión Europea ha acordado “acelerar” las conversaciones, y el lunes Sefcovic volvió a hablar con Greer y Lutnick, acordando mantener un contacto constante. El tiempo se agota, y es verdad que hay que negociar rápidamente, pero la cuestión es que en general en Bruselas la mayoría son muy pesimistas respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo porque las exigencias americanas van mucho más allá de lo que la Comisión Europea está dispuesta a aceptar por el momento.
El segundo bombazo de la semana ha sido doméstico por el lado de Estados Unidos. El Tribunal de Comercio Internacional tumbó los denominados “aranceles recíprocos” (sí, los aranceles generales de los que hablamos y que Trump anunció con la famosa tabla el llamado “día de la Liberación” en la Casa Blanca) al considerar que “son ilegales, un abuso de competencias y por ello deben ser retirados antes de 10 días”, como explica en su crónica desde Washington Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo. Pero ahora la administración americana ha presentado medidas cautelares ante el Tribunal de Apelaciones de EEUU para el Circuito Federal, que a su vez ha suspendido temporalmente la sentencia del Tribunal de Comercio Internacional. Recordad en todo caso que esto no afectaría a los aranceles del 25% aplicados contra el acero, el aluminio y los vehículos europeos (la UE congeló también 90 días su respuesta a estas medidas, por valor de 21.000 millones, como gesto de buena fe aunque EEUU no incluyó estos gravámenes comerciales dentro de su pausa tras la imposición de aranceles generales).
¿Qué pasa ahora mismo en EEUU? ¿Qué deben pensar los negociadores del resto de países de todo el mundo que están intentando cerrar un acuerdo con Washington para evitar una guerra comercial? ¿Habrá aranceles recíprocos o no? Pues la respuesta a todo eso es: difícil decirlo. Nadie sabe exactamente cómo interpretar lo que está pasando en EEUU, más allá de que alrededor de los aranceles generales hay una enorme incertidumbre legal que, por lo pronto, no se va a resolver. Los efectos sobre los socios comerciales son directos, por supuesto: ¿vas a hacer cesiones dolorosas si un tribunal puede llegar a tumbar los aranceles generales? ¿Y a qué te expones si te cierras en banda en la negociación y resulta que al final estos gravámenes comerciales sobreviven a las cuestiones judiciales?
La recomendación de los que saben es mantener la calma y seguir negociando. Trump buscará la manera de imponer aranceles por otra vía si finalmente los tribunales tumban del todo sus actuales gravámenes comerciales “recíprocos”, así que hay que centrarse en lo fundamental: el 25% al acero, aluminio y vehículos, y en cómo gestionar el 10% base que, incluso con un acuerdo, fuentes diplomáticas y europeas consideran que va a quedar sobre la mesa sí o sí. La Comisión Europea mantiene sus planes y Sefcovic se verá con sus homólogos la semana que viene en París en los márgenes de una reunión ministerial de la OCDE.
Presidenciales polacas
Este domingo los polacos se juegan su futuro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y tienen que elegir entre el liberal Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia y apoyado por la Coalición Cívica del primer ministro Donald Tusk, o el historiador Karol Nawrocki, apoyado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), rival absoluto de Tusk. Las encuestas dan prácticamente un empate, con Trzaskowski en el entorno del 47% y Nawrocki en el 46%. El primer ministro se juega el contar con un aliado en la presidencia de la república que no vete sus intentos de desmontar las medidas del anterior Gobierno del PiS, que llevó a Polonia por una deriva autoritaria y llegó a provocar la apertura de un procedimiento por ataque al estado de derecho por la Comisión Europea.
Ha sido una semana muy tensa en Polonia, donde la política nacional ya suele ser bastante intensa sin necesidad de elecciones presidenciales. Las encuestas apuntan a que el hecho de que Tusk esté involucrándose mucho en la campaña de Trzaskowski podría estar dañando al candidato liberal más que ayudándole. Al final, parte de esta elección se está convirtiendo en un plebiscito sobre el primer año y medio de Gobierno de Coalición Cívica. Para ser sinceros: muy pocos votantes de Tusk van a ‘castigarle’ votando al PiS, porque si algo prometió el actual primer ministro era desmontar toda la estructura del partido ultraconservador, pero este tiempo en el Gobierno sí que puede haber movilizado más a los votantes derechistas.
La campaña de Nawrocki, un elegido personal del líder verdadero del PiS, Jaroslaw Kaczyński, está siendo absolutamente desastrosa en términos públicos. Pero incluso así, su resultado en la primera ronda de las elecciones presidenciales fue sorprendentemente bueno. Se han descubierto múltiples escándalos que van desde que supuestamente ayudó a encontrar prostitutas para unos clientes cuando trabajaba en un hotel, hasta que adquirió un apartamento engañando a un jubilado. Como suele ocurrir en estos casos, muchos votantes ultraconservadores y supuestamente tradicionales no tienen problema a la hora de votar a este tipo de candidatos, como hemos visto ya en Estados Unidos, donde los votantes preocupados con los valores cristianos han escogido como su presidente a… Trump.
Hablando de él, la administración americana ha interferido en las elecciones, con una enviada de su equipo vinculando una victoria del PiS a la garantía de que las tropas americanas se mantienen en Polonia. No es de extrañar, como veréis en el primer punto del cajón del sastre, porque la realidad es que la administración americana está en una guerra ideológica total contra la Unión Europea.
Como os explicamos tras la primera ronda, la clave va a ser quién se lleva los votos del partido ultraconservador Confederación, cuyo candidato obtuvo más del 14% en esa votación. El alcalde de Varsovia necesita al mismo tiempo retener los votantes de izquierdas que apostaron por otros candidatos más progresistas en la primera vuelta y a la vez pescar a algunos de los votantes de Confederación o confiar en que una buena parte de ellos prefieran quedarse en casa antes que escoger a Nawrocki.
Tras el “match ball” de Bucarest, Europa se está jugando mucho este fin de semana en Polonia. Como veremos a continuación, hay un intento de cambio de régimen claro por parte de Washington, que se suma así a las tendencias ya fuertes anteriormente del nacional-populismo europeo. En Rumanía se esquivó por la mínima, y en Polonia se está intentando volver a poner en pie al PiS, que desde 2023 se encuentra desorientado y a pie cambiado frente a los intentos de reforma de una Coalición Cívica que va más allá de los conservadores de Tusk. Se trata también de un pulso fundamental para la sociedad civil polaca que durante los años del partido de Kaczyński en el poder se movilizó permanentemente para evitar que Polonia descendiera definitivamente por la pendiente iliberal de Hungría.
Las fuerzas ultraconservadoras europeas tienen claro que la segunda vuelta de las polacas es solamente una sección de una partida mucho más amplia. La administración Trump se ha movilizado, pero también lo han hecho partidos de extrema derecha y ultraconservadores de otros países. George Simion, que perdió en la segunda vuelta de las presidenciales rumanas, ha advertido de que una derrota del candidato del PiS el domingo representaría un revés para todas las formaciones de este corte en Europa y podría provocar más reveses en otros países.
Cajón del sastre
Sobre la interferencia americana: esta semana el ataque ideológico de Estados Unidos contra Europa se ha reforzado todavía más con un post oficial del Departamento de Estado americano llamando a una “alianza civilizacional” con Europa que, en realidad, significa una alianza nacional-populista. Podéis leer el post original aquí. El autor, Samuel Samson, Asesor Principal de la Oficina para la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo (DRL), despliega una versión todavía más radical del discurso de Múnich del vicepresidente JD Vance, asegurando que en Europa se está ahogando la libertad de expresión y que poco menos que la UE se trata de un Estado policial que controla a sus ciudadanos. Todo al mismo tiempo que la administración americana congela las visas a estudiantes extranjeros y asegura que restringirá la entrada al país en base a las opiniones expresadas por aquellas personas que soliciten entrar en Estados Unidos. La farsa, por supuesto, se produce señalando que es EEUU y no Europa el que se mantiene fiel a los ideales civilizatorios occidentales. El mensaje que envía Washington es claro: “Lo que perdura, en cambio, es una campaña agresiva contra la propia civilización occidental. En toda Europa, los gobiernos han convertido las instituciones políticas en armas contra sus propios ciudadanos y contra nuestro patrimonio común. Lejos de fortalecer los principios democráticos, Europa se ha convertido en un hervidero de censura digital, inmigración masiva, restricciones a la libertad religiosa y otros muchos ataques al autogobierno democrático”. El ataque es total. La administración americana está dejando claro que su objetivo es un cambio de régimen en Europa, y que va a hacer todo lo posible para hacer que ocurra, considerándolo parte de su “interés nacional”, como apunta el post.
Giro respecto a Israel en Berlín: después de que la semana pasada 17 Estados miembros solicitaran a la Comisión Europea que realizara una revisión del acuerdo de asociación entre la UE e Israel para comprobar si Tel Aviv respeta su obligación con los derechos humanos recogido en el artículo 2 de ese acuerdo, el Gobierno de Benjamin Netanyahu sigue perdiendo apoyo en Europa. Alemania, un país que siempre ha apoyado a Israel y cuya seguridad del país levantino está en el propio ADN de su existencia por motivos obvios, y que hasta ahora ha evitado las críticas a Tel Aviv durante la guerra en Gaza, también ha empezado a girar. Esta semana Friedrich Merz, canciller alemán, se ha mostrado muy crítico si tenemos en cuenta los estándares habituales de los políticos alemanes: “Ya no entiendo cuál es el objetivo del ejército israelí en la Franja de Gaza”. Netanyahu lanzó la operación tras los brutales ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre de 2023 que dejaron a más de 1.200 muertos y 250 rehenes, algunos de los cuales siguen en poder del grupo terrorista. El salvaje y absolutamente desproporcionado ataque israelí ha matado ya a más de 54.000 personas en Gaza, muchos de ellos mujeres y niños. “Dañar a la población civil hasta tal punto, como ha ocurrido cada vez más en los últimos días, ya no puede justificarse como lucha contra el terrorismo de Hamás”, aseguró en una entrevista en televisión. Algunas figuras dentro de los socialdemócratas (SPD), en la coalición de Gobierno junto con los democristianos (CDU/CSU) de Merz, también han solicitado que se empiece a plantear la paralización de las exportaciones de armas a Israel. Las críticas también llegan desde dentro de Israel, en contra de lo que algunos, cómodos cómplices de sofá en la matanza de civiles en Gaza, quieren mostrar, asegurando que las críticas a la guerra son solamente ciudadanos extranjeros filo-terroristas: el ex primer ministro Ehud Olmert, que era del Likud de Netanyahu pero que después formó parte de la escisión de moderados de dicho partido, ha criticado duramente la operación en los últimos días.
Acuerdo de asociación: Von der Leyen ha tenido que esperar a que Merz cambie la posición de Alemania para endurecer su tono hacia el Gobierno de Netanyahu. La presidenta de la Comisión Europea ha arrastrado los pies en todo momento en esta cuestión, evitando ser crítica con Israel. Solamente ahora parece considerar “abominable” los ataques premeditados del Ejército israelí contra infraestructura civil como colegios en los que vivían niños y desplazados. Los Gobiernos de España e Irlanda pidieron a la Comisión Europea una revisión del acuerdo de asociación de la UE con Israel en febrero de 2024. Lo hicieron con una carta de sus dos jefes de Gobierno a Von der Leyen. A día de hoy siguen esperando una respuesta formal. Ahora sí se ha lanzado esa revisión del acuerdo de asociación, porque 17 Estados miembros lo han pedido en el Consejo de Asuntos Exteriores. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha señalado que espera poder presentar la revisión del acuerdo en la reunión de ministros de Exteriores de finales de junio. La cúpula de la Comisión Europea (no así sus trabajadores, muchos de los cuales se han quejado internamente) sigue sin entender la escala de la gravedad de lo que está ocurriendo en Gaza con su silencio cómplice durante mucho tiempo. El rol de Von der Leyen como cómplice política de Netanyahu en las fases críticas iniciales de la operación en Gaza, sin escuchar los consejos de su entonces Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, el español Josep Borrell, será siempre la principal mancha del legado de Von der Leyen.
Las lenguas cooficiales: los lectores españoles ya sabrán que uno de los temas de esta semana ha sido que España ha llevado su petición de que las lenguas cooficiales españolas, el catalán, euskera y gallego, sean reconocidas como lenguas oficiales de la Unión Europea en el Consejo de Asuntos Generales, algo para lo que es necesaria la unanimidad. A estas alturas ya sabréis que eso no pasó. Al menos siete países, aunque según algunas fuentes diplomáticas fueron más, mostraron sus reservas a la idea por las implicaciones legales y financieras. El Gobierno sigue defendiendo que se está cerca de conseguirlo. La realidad es que algunas de esas dudas son muy sólidas y no será fácil mover a esas delegaciones. Escribí un análisis el fin de semana pasado en el periódico no tanto sobre esta cuestión en particular, sino sobre el inmenso capital político que España como Estado miembro está teniendo que destinar a esta cuestión por la manera en la que el Gobierno está planteando la ofensiva.
Dinero alemán: el Gobierno alemán quiere salvar a la industria electrointensiva del país, un sector especialmente golpeado por el cambio de paradigma en Europa. Si alguien ha notado el impacto del aumento de los precios de la energía tras el cierre del grifo del gas ruso esa ha sido esta industria pesada alemana, que representa solamente el 2% del PIB europeo, pero que consume una parte muy importante del gas y la electricidad de uso industrial. Es una industria que produce bienes como el acero o productos químicos. Berlín quiere lanzar ayudas de Estado para esta industria con un tope a los precios de la energía que tienen que afrontar, una cuestión que preocupa en Bruselas y en otras capitales. Está poniendo mucha presión sobre la Comisión Europea para que le dé el visto bueno a un programa de ayudas de Estado que incluso dentro del Gobierno alemán saben que es de dudosa legalidad en el marco europeo. La semana pasada Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión a cargo de Transición y Competencia, estuvo en Berlín y el Ejecutivo alemán siguió presionando con esta cuestión.
Aviso a SHEIN: la Comisión Europea, junto con la Red de Cooperación para la Protección de los Consumidores (CPC), han exigido esta semana a la compañía china de moda barata Shein que cumpla con las normas europeas de protección de consumidores. Bruselas acusa a la empresa de prácticas contrarias con esas normas, como incluir ofertas y descuentos engañosos o realizar prácticas de “venta a presión”, haciendo creer a los usuarios que deben completar la operación en un corto espacio de tiempo para retener las ofertas. La compañía ha asegurado que coopera con las autoridades europeas. Podéis ampliar información aquí. Es la segunda mala noticia en pocos días para Shein, porque hace poco que ha salido adelante la reforma de la Unión Aduanera que permitirá aplicar tarifas de 2 euros a los paquetes de menos de 150 euros, una exigencia que Bruselas lleva haciendo desde hace tiempo para hacer más sostenibles los controles aduaneros, ya que el comercio electrónico ha provocado una explosión de llegadas de este tipo de paquetes de bajo valor.
E investigación a páginas porno: por otro lado, el Ejecutivo comunitario ha abierto investigaciones contra cuatro grandes webs de pornografía por considerar que no respetan la Ley de Servicios Digitales (DSA) en lo que se refiere a la protección de los menores de edad. La Comisión considera que las herramientas que tienen para verificar la edad de los usuarios no son suficientes. Podéis ampliar información aquí.
Pinza italo-danesa: hay dos gobiernos que están liderando en el corazón de Europa el endurecimiento de la política migratoria, y están liderados por dos mujeres. Dinamarca, con su primera ministra Mette Frederiksen, que pertenece al Partido de los Socialistas Europeos (PES), y Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, líder del bloque de los ultraconservadores en Europa (ECR). Ambas lideresas quieren lanzar una reinterpretación de la Carta Europea de Derechos Humanos, que obstaculiza su política migratoria, dos de las más duras de la Unión Europea, y piden una nueva lectura que permita expulsar a los inmigrantes que han cometido delitos. El pasado 22 de mayo lanzaron una carta apoyada por otros Gobiernos duros en cuestión migratoria como Austria, Bélgica, Polonia, Estonia, Lituania, Letonia y República Checa. La misiva tiene cuidado de buscar un tono no demasiado agresivo, señalando que el objetivo de sus Gobiernos es permitir que se queden aquellos inmigrantes que aporten a la sociedad y expulsando a aquellos que cometen crímenes y no se integran. “Es importante evaluar si, en algunos casos, el tribunal ha ampliado excesivamente el ámbito de aplicación del convenio en comparación con sus intenciones originales, alterando así el equilibrio entre los intereses que deben protegerse”, señalan en la carta. El Consejo de Europa (nada que ver con la UE) ha rechazado las presiones sobre la interpretación que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TDEH) de Estrasburgo debe hacer de la carta. “El debate es saludable, pero politizar el tribunal no lo es. En una sociedad de derecho, ningún poder judicial debe sufrir presiones políticas”, ha señalado recientemente Alain Berset, secretario general del Consejo de Europa.
¿Preparando su regreso?: un tribunal de Viena ha revocado la condena a ocho meses de prisión del antiguo canciller federal Sebastian Kurz, de solamente 38 años, que estaba acusado de haber dado falso testimonio en 2020 durante una comisión de investigación del parlamento austriaco tras el escándalo, conocido como el “caso Ibiza”, que tumbó a su Gobierno de coalición con la extrema derecha del FPÖ. Kurz, visto como una joven promesa de la derecha europea, abierto a pactos con la extrema derecha si era necesario para gobernar, logró sobrevivir a ese escándalo, pero en 2021 tuvo que dimitir acorralado por otro caso de corrupción. La justicia todavía tiene que decidir sobre este segundo caso. Llegó a tener el control total sobre su partido popular austriaco (ÖVP), que llegó a elegirlo con más del 99% de los votos como líder en 2021, antes de su dimisión. Algunos dentro del ÖVP esperan que estas decisiones faciliten su regreso al frente del partido, liderado en estos momentos por Christian Stocker, que preside un Gobierno de gran coalición para mantener al FPÖ fuera del poder, después de su victoria en las últimas elecciones federales.
Chega, al frente de la oposición: el voto exterior en las elecciones legislativas de Portugal ha permitido al partido de extrema derecha Chega destronar al Partido Socialista como la segunda formación más votada, lo que convierte a su líder, André Ventura, en nuevo líder de la oposición. Las elecciones las ganó la alianza de centro-derecha del primer ministro Luís Montenegro, que, como recordaréis, no tiene una mayoría para gobernar. Lisboa sigue, por lo tanto, sumida en el bloqueo político que ya llevó a los últimos comicios. Los analistas consideran que Ventura está ahora tratando de proyectar una imagen menos radical, al menos en las formas, emulando la idea de una alternativa ultraconservadora que no asuste al electorado conservador moderado, algo similar a lo que intentó (con éxito) Giorgia Meloni en Italia.
El camino Magyar: Péter Magyar, eurodiputado y líder del partido conservador Tisza, la única alternativa de la oposición al autoritario primer ministro húngaro Viktor Orbán, ha realizado una caminata durante más de una semana, cruzando la frontera con Rumanía, con el objetivo de movilizar a los votantes húngaros con derecho a voto que residen en el país balcánico. Tisza va por delante en muchas encuestas de las elecciones legislativas húngaras de 2026 y muchos ven a Magyar, un antiguo miembro del ‘sistema Orbán’, como la mejor opción de derrotar al líder ultraconservador desde que regresó al poder en 2010 y llevó al país por una deriva autoritaria. Magyar sabe que el punto fuerte de Orbán sigue siendo el campo, y por eso desde el pasado 14 de mayo ha caminado haciendo campaña a pequeña escala por muchos pueblos húngaros de la región fronteriza. Desde 2014 los ciudadanos rumanos que son de etnia húngara (tras el acuerdo de Trianon de 1920 quedaron en territorio rumano) tienen derecho a voto. En los últimos comicios el 94% votaron por Fidesz, y por eso Magyar está tratando de ganar adeptos en este granero de votantes, especialmente después de que Orbán anunciara que apoyaría al candidato de extrema derecha George Simion en las elecciones presidenciales. El partido de la minoría húngara en Rumanía, que forma parte de la coalición de Gobierno, pidió a sus votantes que eligieran al candidato centrista Nicușor Dan, y Magyar ha visto aquí una oportunidad de fragmentar esta base de votantes tradicionalmente fieles a Orbán.
Detención en Georgia: Nika Melia, uno de los líderes del partido opositor Coalición por el Cambio, ha sido detenido esta semana en Georgia por supuestos abusos contra un policía. Otro de los líderes del partido opositor, Zurab Japaridze, está también en detención preventiva. El partido en el Gobierno, Sueño Georgiano, que ganó unas elecciones legislativas en noviembre de 2024 que la oposición denuncia como injustas, está moviendo al país, que siempre ha sido uno de los más pro-occidentales de la región, hacia posiciones pro-rusas, con la aprobación de leyes de corte ‘putinista’, a pesar de que el país no tiene lazos con Moscú desde la guerra de 2008. Además, el Gobierno ha pausado las negociaciones de adhesión a la Unión Europea hasta 2028, lo que ha provocado protestas en el país. Mientras se toman más medidas contra los líderes opositores Orbán recibe al primer ministro georgiano Irakli Kobakhidze en Budapest.